Amago de superación

Han pasado casi 15 días desde la ultima vez que nos dirigimos la palabra, y ha sido todo muy extraño.
Para mi, solamente, quiero pensar y observo que no te va nada mal. Salvo las dudas ocasionales en clase, supongo que te ha ido bien en estas dos semanas que ha durado el "juego".
Y la razón por la cual llamo a esta situación juego es porque a mi parecer empezó como eso, un juego, y creo que actualmente está fuera de control. 

Por mi parte, realmente no me quejo, siempre me han pasado cosas raras por mi propia culpa, así que mi situación no me es extraña ni me agobia. Supongo que ahora que no tengo que preocuparme por explicar cuestiones que a mi parecer son simples, o por querer llamar la atención, no intento ya adelantar tarea. En parte me ayuda bastante a aligerar mi carga de trabajo y puedo permitirme perder el tiempo en este lindo lugar. 
Puede que incluso esto sea mejor para mi, aunque eso es en parte. Me he sentido tan mal, y aún continúan esos sentimientos encontrados que solamente me sirven para nublar mi mente y ocasionalmente conocer más a la gente, supongo.

Debo de confesarte algo, y, ya que este asunto me resulta ya francamente molesto y me es de suma importancia buscar una solución, por lo cual me tomé la grandísima libertad de comentarlo a una profesora.
Consideré que su punto de vista neutro me ayudaría a tomar una decisión, y efectivamente lo hizo.
Debo decir que conté mi lado de la historia, y sé que eso no ayuda a seguir mi narrativa de "neutralidad" que tanto me esfuerzo en construir y mantener, pero bueno, creo que tu ya te has "estirado" bastante para poder salvar esto, por lo tanto esto fue mi manera de "arreglarlo".
No es reproche, pero yo ya sabia que esto no tenia arreglo, y te lo dije desde aquel trece de diciembre enfrente de la pokebola. No quería decir el porque era una sentencia de muerte, una manera instantánea de romper el vínculo que tan fácilmente se formó a lo largo de los meses.
Por supuesto, yo me encargué de rematarlo con mis estupideces, pero solo quiero que me entiendas. Lo hice porque no puedo simplemente quedarme con todo eso y esperar a que solamente desaparezca como por arte de magia, no puedo yo solo regresar el tiempo a donde ni siquiera te conocía y quedarme ahí.

¿A donde quiero llegar con esto? A que esto para mi ya no tiene arreglo.
Desde el año pasado ya no lo tiene
Nos dedicamos a mantener "vivo" algo que ya tenia fecha y hora de muerte.
Y me atrevo a asegurar esto porque ya van demasiadas veces que tenemos que hablar para siquiera volver a "reconciliarnos" y empezar de nuevo el circulo vicioso. "Peor es nada", pienso, pues prefiero aunque sea que me siguas buscando para que te ayude a entender las cosas que no entiendes y después me olvides, hasta que te acuerdes de mi en la siguiente clase que no comprendas.
Ya habíamos quedado en que al menos para mi no me parece ese tipo de trato. Ya sé que tienes pareja (ese es de hecho el problema raíz del cual se desprenden todos los demás) y ya se que el lugar de mejor amigo está ocupado. De cualquier manera no podré dar el ancho para ese puesto tan... ¿Intimo?

Así que a veces mi orgullo me gana y comienzo a intentar ignorarte, y el resultado es lo que se presenta hasta la actualidad. 
Yo sufro porque no sé como enfrentar la indiferencia que se presenta de repente, tu no entiendes cosas básicas y te tardas en hacer los ejercicios de las clases, todo el mundo pierde por una actitud infantil por parte de los dos.
Yo puedo simplemente lavarme las manos con la excusa de alejarme por salud mental y cualquier otra excusa barata que puedo sacar de una sesión de terapia. 
En tu caso también, y creo es justo lo que estás haciendo actualmente: Hacer que no existo.
En estos términos, nadie gana pero cada quien se quita un enorme peso de los hombros que, al menos yo creo que no debo ya de estar cargando, desde tal vez el curso de Fenómenos de Transporte.

Porque al final de cuentas YO NO PIERDO NADA.
Yo no salgo perjudicado de ninguna manera.

En fin, esto simplemente no funciona.
No me gustaría que se acabara tan de repente y por cosas mínimas, pero creo que es lo mejor para ambos.
Tu no mereces tener que soportarme y yo, de manera sincera, creo que puedo aplicar y encontrar algo mejor. Tendré que trabajar en mi mismo, por supuesto, pero creo que mis defectos son exactamente lo que me mantenían atado a este circulo vicioso. Pero ya no. Ya me cansé y ya no quiero seguir sufriendo por cosas que ni al caso.

Tampoco vale la pena en hacer una despedida elaborada.
Hasta ayer pensaba en que sería muy vergonzoso volvernos a encontrar en la travesía y ver que la despedida fue en vano.
Ahora creo que tristemente no vale ya la pena.

Concluyendo; Nunca tendré las viseras para transformar el "cariño" a odio, ni siquiera a indiferencia. 
Solo puedo hacer como que nunca pasó y continuar con mi camino.
Con esto puedo decir con seguridad que la lección fue dejar ir, pues no vale la pena para ninguno de los dos.

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